Playboy

Me tiemblan los dedos cuando abro la puerta y me recibe una noche inquietante y silenciosa. A continuación, mi acompañante sale de un brinco y se hace una foto con un deportivo de un azul marino intenso. Frunzo el ceño, confundida. ¿Qué hace?

Madre mía. Dime que no estoy teniendo una cita con este tío. ¿En serio?

¿Cómo puedo amar a un hombre con todo mi corazón si no amo el corazón que le estoy entregando, con todos y cada uno de sus matices, hasta con el cuerpo que lo alberga?

¿Cómo puedo ser amada de la manera que siempre he querido serlo si no creo merecerlo? ¿Cómo puedo amar a un hombre con todo mi corazón si no amo el corazón que le estoy entregando, con todos y cada uno de sus matices, hasta con el cuerpo que lo alberga?

Quiero darle todo lo que le puedo ofrecer, e incluso lo que no puedo.