Georg Wilhelm Friedrich Hegel

Fenomenología del espíritu (W. Roces)

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El maestro Wenceslao Roces, traductor de esta obra, asegura que: «El renacimiento actual de la filosofía hegeliana en el mundo entero está determinado, en lo profundo, por la necesidad de encontrar una filosofía que responda a los grandes cambios de nuestro tiempo, que oriente certeramente ante los problemas complicados de hoy. Lo vital, lo permanente de la filosofía hegeliana es, a mi modo de ver, colocar en el centro del pensamiento el fenómeno mismo del cambio, del desarrollo, de la transformación, que hace del proceso del desarrollo la sustancia del filosofar. De dónde venga el impulso para los cambios es otro problema, ciertamente medular. Pero, desde Hegel, la concepción dialéctica de la filosofía es como una roca inconmovible. Las ideas plasmadas, fijas, no tienen cabida aquí. La conciencia se halla en movimiento constante y la sucesión viva y dramática de sus configuraciones es el argumento de la Fenomenología».
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755 páginas impresas
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Citas

  • Mariana Nomáscompartió una citael año pasado
    Las esencias éticas universales son, por tanto, la sustancia como conciencia universal y esta sustancia como conciencia singular; tienen como realidad universal al pueblo y la familia, pero tienen como su SÍ mismo natural y como su individualidad actuante al hombre y la mujer.
  • Mariana Nomáscompartió una citael año pasado
    El hermano pasa de la ley divina, en cuya esfera vivía, a la ley humana. Pero la hermana se convierte, o la esposa sigue siéndolo, en la directora de la casa y la guardadora de la ley divina.
  • Mariana Nomáscompartió una citael año pasado
    La diferencia entre su eticidad y la del hombre consiste precisamente en que la mujer, en su determinación para la singularidad y en su placer permanece de un modo inmediato como universal y ajena a la singularidad de la apetencia; por el contrario, en el hombre estos dos lados se bifurcan y, al poseer como ciudadano la fuerza autoconsciente de la universalidad, adquiere con ello el derecho a la apetencia y conserva, al mismo tiempo, la libertad con respecto a ella
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