Ya nadie duda de que Hrabal es uno de los grandes exponentes de la literatura centroeuropea de este siglo. Muchas veces comparado con Kafka —con quien comparte la escenografía de una Praga omnipresente en su obra— o con Hase, coincide a la hora de trazar unos retratos humanos verdaderamente admirable. Hrabal es el autor de algunas más que notables obras, entre las que ésta ocupa, sin duda, un lugar destacado. Marcada por la autobiografía, como tantos otros libros del autor, esta novela explica la existencia de un hombre condenado a un trabajo tedioso y terrible: prensar toneladas de papel viejo hasta formar balas que debe entregar a los transportistas. Comparte subterráneo con las ratas y con sus reflexiones. Unas reflexiones que le llevan a preguntarse sobre la finalidad del hombre, el papel del arte en nuestra existencia, la razón de ser de la literatura y el por qué de la soledad. Un libro magnífico.