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Jorge Manrique

Poemas

Como poeta cortesano, fue autor de numerosas canciones; pero lo mas destacable entre los Poemas de Jorge Manrique son sus Coplas, escritas tras la muerte de su padre, Rodrigo, y con motivo de ésta, por lo cual se les llama comúnmente Coplas a la muerte de su padre. En ellas, y superando los tópicos medievales de la poesía dedicada, elogiosa, escrita tras la muerte de personajes célebres, Manrique logra transmitir en sencillos pero hermosos versos un sincero y auténtico duelo y, a la vez, una honda reflexión filosófica.
Las Coplas son un breve poema de solo cuarenta coplas, algunas de las cuales se dirigen a su padre muerto; en el resto, su voz poética aborda la muerte en un sentido amplio, universal y de un alcance que lo hace todavía hoy motivo de admiración.
Fragmento de la obra
I
¡Oh, muy alto Dios de amor
por quien mi vida se guía!
¿Cómo sufres tú, señor,
siendo justo juzgador,
en tu ley tal herejía?
¿Que se pierda el que sirvió,
que se olvide lo servido,
que viva quien engañó,
que muera quien bien amó,
que valga el amor fingido?
II
Pues que tales sinrazones
consientes pasar así,
suplícote que perdones
mi lengua, si con pasiones
dijere males de ti.
Que no soy yo el que lo digo,
sino tú, que me hiciste
las obras como enemigo:
teniéndote por amigo
me trocaste y me vendiste.
41 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2010
Año de publicación
2010
Editorial
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Citas

  • Ana Gabriela Fernández.compartió una citahace 4 años
    Coplas por la muerte de su padre

    I. Recuerde el alma dormida
    Recuerde el alma dormida,
    avive el seso y despierte
    contemplando
    cómo se pasa la vida,
    cómo se viene la muerte
    tan callando,
    cuán presto se va el placer,
    cómo, después de acordado,
    da dolor;
    cómo, a nuestro parecer,
    cualquiera tiempo pasado
    fue mejor.
    II. Pues si vemos lo presente
    Pues si vemos lo presente
    cómo en un punto se es ido
    y acabado,
    si juzgamos sabiamente,
    daremos lo no venido
    por pasado.
    No se engañe nadie, no,
    pensando que ha de durar
    lo que espera
    mas que duró lo que vio,
    pues que todo ha de pasar
    por tal manera.
    III. Nuestras vidas son los ríos
    Nuestras vidas son los ríos
    que van a dar en la mar,
    que es el morir,

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