«Al paso alegre de la paz tiene la cadencia de las huellas de un pasado -los años posteriores a la guerra civil española, en el Madrid de entonces— que no hace falta haber vivido para rememorar, porque ha quedado impreso en la memoria heredada. Las páginas trasmutan en vivencia la literatura y la reconvierten paulatinamente en experiencia recuperada. Las palabras connotan sentimientos, sin apenas hincapié, como de soslayo, tal es la sabia actitud de quien nos lo cuenta. El talante es talento.»
Gonzalo Suárez