Usamos cookies para mejorar la experiencia en el sitio web de Bookmate y nuestras recomendaciones.
Para obtener más información, consulta nuestra Política de cookies.
Aceptar todas las cookies
Configuración de cookies
Xolita en el Templo Mayor, María Grañén
Libros
María Grañén

Xolita en el Templo Mayor

  • Anacompartió una citahace 8 meses
    A dónde iremos

    donde la muerte no exista?

    Mas, ¿por esto viviré llorando?

    Que tu corazón se enderece:

    aquí nadie vivirá para siempre.

    Aun los príncipes a morir vinieron,

    los bultos funerarios se queman.

    Que tu corazón se enderece:

    aquí nadie vivirá para siempre.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    Tlaltecuhtli, al devorar a los muertos, los manda a su destino: si eres guerrero, vas al Sol; si mueres ahogado, vas al Tlalocan.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    Coatlicue, la diosa madre de la tierra.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    la diosa Coyolxauhqui, la luna, generalmente se le representa con campanitas en las mejillas y descuartizada.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    Mictlantecuhtli, el Señor de los muertos. A
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    uno de esos templos estaba dedicado al dios de la lluvia, Tlaloc, y el otro al dios de la guerra y del sol, llamado Huitzilopochtli, el “colibrí del sur”.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    Mictlantecuhtli no solo es el señor de la oscuridad, es también dador de vida y su reino, el Mictlan no es un lugar de castigo, es simplemente donde viven los humanos que han muerto de forma natural
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    tejate a los campeones, una bebida que lleva maíz, cacao blanco, huesos de mamey y una florecita blanca muy pequeña y que la hacía lucir riquísima.
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    —¡Qué honor, ya me decapitaron!

    Luego se tocó la cabeza y sintió que la tenía bien puesta y dijo:

    —¡Ah! Creo que tengo alma de ajolote, ¡ya me volvió a crecer!
  • Anacompartió una citahace 8 meses
    Tú, sacerdote del dios de la lluvia, tú que puedes producir el granizo para no perjudicar las cosechas, cura a estos jóvenes con sus sueños, que no sean locuras del alma, sino que viajen al mundo de Tlaloc, al Tlalocan, con el divino señor del agua.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)