Sabía que tenía que estar feliz, pues toda su vida había estado encaminada a desembocar en ese momento, y el simple hecho de que estaba obligada a sentirse feliz, era lo que volvía aquel momento triste. Respiró hondo mientras apoyaba fuertemente sus manos contra la consola del lavamanos y sin apartar su vista del espejo, buscando que su cara adoptara una expresión normal.