Se llamaba Claire Gravesend. Murió tras caer al vacío y destrozar el techo de un lujoso coche aparcado en uno de los barrios más conflictivos de San Francisco. Lee Crowe, un detective con pocos escrúpulos, encuentra su cuerpo al amanecer y le saca unas fotos para vendérselas a la prensa. A raíz de eso, recibe la llamada de la madre de Claire, una de las mujeres más ricas de California. No cree que su hija se haya suicidado como concluye el informe forense, así que contrata al investigador para responder a los interrogantes que plantea su muerte.
Sin embargo, este no es un caso como los demás. Tras hacer un breve viaje a Boston en el que se ve obligado a luchar por su vida con un desconocido, Crowe descubre a su regreso a una mujer que es el vivo retrato de Claire. La verdad le abrirá la puerta de un mundo que jamás habría imaginado.