Libros
Rosario Bléfari

Las reuniones

  • Amelia Gonzálezcompartió una citael año pasado
    Para poder enamorarme tenía que recortar mucho. Pero ya no quería inventar más nada. Quería concentrarme en la vida
  • María 💚compartió una citahace 2 años
    Lo peor es que yo sabía que esto le hacía daño a mi escritura, que se suponía que era lo que más me importaba
  • María 💚compartió una citahace 2 años
    Para poder enamorarme tenía que recortar mucho. Pero ya no quería inventar más nada. Quería concentrarme en la vida
  • Luli Serrano Eguiluzcompartió una citahace 3 años
    oy yo, yo sola elaborando este suplemento de la felicidad de esta manera, y es acerca de cómo todo está bien si me siento así, y cómo así puedo afrontar todo lo que no me termina de gustar o lo que me disgusta, o lo que me es indiferente. Así sí puedo atravesar el mundo como supe, si es que supe alguna vez hacerlo. Hay como un reflejo que vuelve, algo de antes de todo
  • Fernandocompartió una citahace 4 años
    escondidos como si fuéramos adolescentes atrofiados?
  • Delfi Sorondocompartió una citahace 4 años
    ¿Y qué otra cosa debería ser la escritura más que un tejido que avance como lo más natural del mundo y en el momento menos esperado te haga vibrar?
  • Amelia Gonzálezcompartió una citael año pasado
    escupo desde que era chica, no empecé a escupir a cierta edad, escupo desde siempre cuando tengo algo que escupir. ¿Solo pueden escupir los hombres? Los adolescentes varones siempre están escupiendo. Hace un tiempo noté que muchas veces lo hacen cuando una mujer los mira, como un acto reflejo
  • Amelia Gonzálezcompartió una citael año pasado
    Tenía el pelo muy largo y viajaba con secador y planchita. Se bañaba dos veces por día, al levantarse y antes de acostarse. Necesitaba mucho tiempo para su pelo que era como otro ser que iba con ella y a quien atendía con dedicación
  • Amelia Gonzálezcompartió una citael año pasado
    . Llegó a decirme más de una vez “Si estuvieras conmigo…”, y me enumeraba cosas que me hacía desear. Que me llevaría el desayuno a la cama, que nunca me dejaría trabajar de más, que me compraría ropa. No eran promesas, era un juego desalmado que consistía en contarme lo que tenía para ofrecer a otro, no a mí. Un verano, por ejemplo, me escribió que me llevaría en el caño de la bicicleta. Como muchachos en una película del neorrealismo italiano, pensé. Pero, ¿qué bicicleta? ¿Cuándo? ¿Dónde? Lo entendía como una estampa imposible. Era el tipo de cosas que tomaba como sustitutos de expresiones de amor
  • María 💚compartió una citahace 2 años
    Hasta pensé en hacer acrobacia pero después, a medida que el tiempo pasaba y no hacía más que unas extensiones de brazos en casa de vez en cuando, el recuerdo de aquella conversación y los propósitos abandonados me deprimían y pensaba que en todo caso lo mejor que podía hacer era una huelga de hambre, que al mismo tiempo que me haría adelgazar funcionaría como acto de protesta.
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