Fanny Price es una niña todavía cuando sus tíos, sir Thomas y lady Maria Bertram, la acogen en su gran mansión de Mansfield Park, rescatándola de una vida de premuras y necesidades. Allí conocerá un mundo de ocio y refinamiento en el que los juegos y bailes, las excursiones a caballo, la música y las mascaradas dejarán poco a poco de ser inocentes diversiones para alimentar maquinaciones adultas y estrategias de seducción. El mundo representado –cuánto más falso, más seductor— oculta una verdad peligrosa que escapa a la conciencia de todos, y únicamente Fanny, desde su sumiso silencio, será capaz de ver sus consecuencias y amenazas.
Mansfield Park describe los vaivenes de un orden que se descompone y se restaura continuamente, engañosamente, a través de los ambiguos ojos de una jovencita a quien se ha asignado la suerte de una cenicienta…pero también su destino.
Publicada en 1814, es probablemente la más densa y compleja de las novelas de Jane Austen y, sin duda también, la más polémica. Su composición delicada, rigurosa, “arácnida”, en palabras de Nabókov, resulta en un prodigio de arquitectura narrativa y en una obra imprescindible en la historia de la novela.
Jane Austen nació en 1775 en Steventon, séptima de los ocho hijos del rector de la parroquia. Educada principalmente por su padre, empezó a escribir de muy joven, para recreo de la familia: una muestra de sus escritos juveniles, fantasiosos y humorísticos, se encuentra en Amor y amistad, y, de una forma ya más elaborada, en Lady Susan y Los Watson. A los veintitrés años envió a los editores el manuscrito de La abadía de Northanger, que fue rechazado. Trece años después, en 1811, conseguiría publicar Juicio y sentimiento, de la que se hicieron dos ediciones, y a la que siguieron Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814) y Emma (1816), que obtuvieron un gran éxito.
Después de su muerte, acaecida prematuramente en 1817 y que le impidió concluir su novela Sanditon, aparecería Persuasión (1817) y, con ella, La abadía de Northanger, que no consiguió publicar en vida.
Satírica, antirromántica, profunda y tan primorosa como mordaz, la obra de Jane Austen nace toda ella de una estética necesidad de orden moral. «La Sabiduría — escribió una vez— es mejor que el Ingenio, y a la larga tendrá sin duda la risa de su parte.»