Jim Cymbala

Redescubrimiento del Espíritu

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  • Mily Sietecompartió una citahace 3 años
    Todos los martes por la noche el Tabernáculo de Brooklyn celebra una reunión de oración. Esa próxima noche, sentando yo en primera fila mientras cantaba y oraba con mi familia de la iglesia, todavía no podía sacar de mi mente a aquellos creyentes pakistaníes. Algo perturbaba mi espíritu. Sentía que tenía que hacer algo más, solo que no sabía qué hacer.

    En algún momento de la reunión me levanté.

    —Hay algo que pesa en mi corazón —le dije a la iglesia—. No puedo dejar de pensar en eso y quiero contárselo a ustedes. Luego vamos a orar. No sé qué más hacer.

    Saqué mi Kindle y me preparé para leer:

    —Estamos muy lejos de Pakistán y es muy probable que la mayoría de nosotros nunca vaya hasta allá, pero escuchen esto.…

    Mientras leía el artículo podía sentir el dolor de la congregación ante la idea de que una madre y su hijo fueran quemados vivos por su fe. Como yo, ellos también sufrían por aquellos cristianos que habían perdido familiares, hogares y trabajos.

    —Ahora vamos a orar —dije luego de leer el artículo—. Dios dijo que en el día de la angustia le invocáramos y que Él nos respondería. Vamos a ponernos en pie y unirnos en grupos de tres o cuatro por todo el edificio. La Biblia también dice que el Señor es «Dios de toda consolación». Vamos a pedir a nuestro Padre que ministre a esos queridos hermanos al otro lado del mundo.

    De inmediato el edificio se llenó de voces fervientes con el sagrado sonido de hombres y mujeres que invocaban el nombre del Señor.
  • Mily Sietecompartió una citahace 3 años
    Me preocupaba que otros en la cafetería vieran mis lágrimas y se preguntaran qué me pasaba. ¡Qué tragedia! Yo no podía imaginar el sufrimiento que aquellas personas atravesaban por su fe en Jesús. Me sentía tan unido a ellos, aquellos hermanos y hermanas a quienes no conocía personalmente pero con quienes un día pasaría la eternidad.

    Como el señor Hameed, soy cristiano y abuelo, pero ahí terminan las similitudes. Nunca he abierto mi puerta a una turba airada ni he tratado de proteger a mi familia de los saqueadores. Nunca he visto a mi familia morir mientras tratan de escapar de las llamas de una casa ardiendo. Nunca he sufrido violencia física por mi devoción a Cristo. Solo podía tratar de imaginar cómo esas circunstancias probarían su fe … o mi fe.

    Es posible que aquí en los Estados Unidos nosotros, los creyentes, pensemos que algo tan tonto como un embotellamiento del tránsito o un auto que no arranca está probando nuestra fe. La verdad es que todos estamos malcriados, y me incluyo. Yo tenía tanto y ellos tan poco; nuestras vidas y experiencias eran polos opuestos. Y, sin embargo, ahora yo sentía una gran carga por ayudarlos. Pero, ¿cómo? Yo no conocía a nadie en Pakistán. Yo era simplemente un hombre que almorzaba solo en una cafetería de Long Island.

    El Espíritu Santo había tocado mi corazón de una manera inusual, y no podía dejar de orar por ellos. Señor, sé con tu pueblo. Ayúdales a encontrar comida, trabajo y un techo sobre sus cabezas, una cama donde puedan descansar. Consuélalos en su dolor. Guarda sus mentes, no permitas que pierdan la fe por la violencia cometida en su contra. Oré hasta que no supe cómo seguir orando. Cuando terminé, me sentía como si hubiera hecho todo lo que podía, sin embargo, el peso de su tragedia seguía en mi corazón.

    Durante el resto de aquel lunes y gran parte del día siguiente seguí ocupado en mis asuntos, pero a menudo mi mente regresaba a aquellas personas y cada vez que lo hacía intercedía por ellas en oración. Un hombre vendía granos en una carretilla, pero la turba se la quemó junto con un baúl para la dote de su hija. ¿Adónde encontraría trabajo ahora que ya no tenía las herramientas para trabajar? De repente las familias se habían quedado desamparadas y en la calle, buscando un lugar donde vivir. Ni siquiera la gente de su iglesia los podría ayudar porque también habían quemado y saqueado otras cien casas. Solo Dios podía ayudarles a lidiar con semejante dolor y pérdida.
  • Mily Sietecompartió una citahace 3 años
    Las paredes negras y ampolladas de la habitación de la familia Hameed cuentan un crimen inefable. El sábado murieron allí siete miembros de la familia, seis de ellos quemados vivos por una turba que irrumpió en su casa y mató al abuelo de un disparo, solo por ser cristianos.

    La familia se había amontonado en la habitación y hablaban en susurros, con sus espaldas apretadas contra la puerta, mientras la turba los insultaba.

    «Ellos decían: “Si salen, los matamos”», contó Ikhlaq Hameed, de 22 años, quien pudo escapar. Entre los muertos había dos niños, Musa, 6, y Umaya, 13.1

    El artículo describía una matanza que perpetuó a una multitud de veinte mil musulmanes y que duró ocho horas en Gojra, Pakistán, donde los cristianos representan menos del cinco por ciento de la población. Además de los miembros asesinados de la familia Hameed, veinte cristianos resultaron heridos y la turba quemó y saqueó cien hogares cristianos, en algunos casos acabaron con el sustento de la familia.

    ¿Por qué?

    El día antes, en una fiesta de bodas en una villa cercana, acusaron a los cristianos de quemar un Corán. Los oficiales que examinaron la acusación dijeron que los cargos eran falsos, pero los líderes religiosos de la localidad usaron la noticia para convocar a los musulmanes en contra de la minoría cristiana.

    Los Hameed, una familia cristiana, no estaban involucrados en nada de eso. Ellos estaban desayunando en su casa mientras la turba se organizaba cerca de allí. Cuando el abuelo abrió la puerta para ver qué ocasionaba el ruido, los musulmanes entraron corriendo. Los Hameed trataron de refugiarse en una habitación trasera mientras la turba entraba a su casa y la saqueaban antes de prenderle fuego.

    El Espíritu se mueve en mí
    Yo no podía creer lo que estaba leyendo. No es frecuente que el maltrato a los cristianos reciba publicidad en la prensa nacional, sin embargo, esta historia estaba en el New York Times. Busqué información adicional en otros periódicos y supe que, al parecer, la policía pakistaní estuvo presente mientras ocurría la masacre y no hizo nada. El comentario de uno de los sobrevivientes fue lo que más me conmovió. Decía que no se vengaría porque la Biblia le enseñaba a orar para que sus enemigos vieran la luz.

    Comencé a orar por los cristianos en Pakistán, pero mientras oraba em‍
  • Mily Sietecompartió una citahace 3 años
    Yo no esperaba que el Espíritu Santo me acompañara a almorzar, sin embargo, eso fue exactamente lo que sucedió.

    Mi esposa Carol estaba fuera de la ciudad, así que fui a una pequeña cafetería que me gusta en Long Island. Encontré una mesa tranquila junto a la pared, pedí mi ensalada de siempre y me puse a leer mientras disfrutaba mi saludable comida. Estoy suscrito al diario New York Times en mi Kindle y ya había leído varias historias cuando un titular captó mi atención: «El odio abruma a los cristianos en Pakistán». Para entonces ya había avanzado bastante con mi ensalada, pero dejé a un lado el tenedor mientras leía el artículo:

    Las paredes n
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    Cristo será glorificado cuando el Espíritu obre a través de gente rendida y llena de fe como tú y como yo. La iglesia será edificada. La Palabra de Dios será honrada. El reino de Dios se extenderá.
    Porque para eso fue que él vino.
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    Sin el Espíritu el cristianismo se reduce a conocimiento intelectual acerca de Dios, tradiciones vacías y una mentalidad de club social. Tenemos que pedirle a Dios que nos dé una revelación fresca de cómo debe ser su iglesia. Sin ese cimiento, acabaremos construyendo sobre la arena. Pero con él veremos épocas de renovación espiritual de parte del Espíritu Santo que producen un evangelismo fructífero y una atmósfera creciente de amor entre los creyentes.
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    Es muy fácil conformarnos con «iglesia» en lugar de Dios. Y cada generación subsiguiente que se forma bajo ese modelo hace que sea más difícil para cualquiera preguntar: «¿Dónde está el Señor?»
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    Por qué nos hemos conformado con una vida cristiana anémica y con rutinas eclesiásticas que carecen de vida cuando el Espíritu viviente de Dios está disponible si lo pedimos?
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    El motivo actual de la escasez es que son demasiado pocos los que se rinden al Espíritu a quien Cristo nos envió.
  • Daniel Guevaracompartió una citahace 8 años
    Cristo no murió en la cruz para que pudiéramos pasar nuestro tiempo como cristianos en la tierra simplemente sentados esperando su venida
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