El plan era convertirla en su esposa durante solo unos meses
Mel Watson era una chica corriente a quien un simple viaje en taxi acabó llevando a una vida completamente nueva. Hasta que oyó que alguien se dirigía al supuesto taxista como “Alteza”, Mel no se dio cuenta de que se había colado en un cuento de hadas.
El príncipe Rikardo no podía creer que hubiese recogido a la mujer equivocada. Desde luego, Mel no tenía nada que ver con la ambiciosa joven que esperaba encontrar y la dulzura de sus ojos le hacía ser muy cauteloso. Porque Rikardo hacía mucho tiempo que había renunciado al amor y solo quería un matrimonio temporal, pero la atracción que sentía por Mel era demasiado real…