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Lianke Yan

Canción celestial de Balou

  • Josué Tello Torrescompartió una citahace 2 años
    —¡¿Acaso se puede considerar hombre a un perro?! Me has arruinado la vida y se la has arruinado también a tus cuatro hijos.
  • Josué Tello Torrescompartió una citahace 2 años
    —¡You Shitou, mereces que te corten en pedazos por haberte ido en busca de la felicidad mientras nos dejabas a tus hijos y a mí aquí penando!
  • Josué Tello Torrescompartió una citahace 2 años
    Su marido había muerto. Murió aterrado, pensando en la vida que le esperaba. Y muerto él, la luz de los días se extinguió de pronto.
  • Josué Tello Torrescompartió una citahace 2 años
    Esta enfermedad no la cura ni el mismísimo Hua Tuo.4 Es común que se salte una generación, de modo que, si tienen cuatro hijos, los cuatro serán retrasados. Si tienen ocho, lo serán los ocho. Lo mismo si tienen cien. Vuelvan y piensen en la mejor manera de atender a sus hijos mientras vivan.
  • Josué Tello Torrescompartió una citahace 2 años
    El cuarto idiota rompió a llorar agarrándose la mejilla —buaaa, buaaa—, mientras You Sipo le gritaba: «¡¿Pero es que no ves que es tu hermana?!», tras lo cual el chaval corrió a esconderse en lo más hondo del maizal, como un perro apaleado que busca refugio en la maleza, y allí se acuclilló y continuó llorando con la mirada vuelta al cielo, inundando el campo entero con su estúpido llanto.
  • b0514111447compartió una citahace 3 años
    La tierra recién labrada exhalaba un olor fresco y húmedo, color bermejo.
  • Victoria Silvestricompartió una citahace 3 años
    quietud honda y vasta se impuso en la aldea. El canto de los grillos, cual collares de plata, recorrió las calles y las casas. Sonidos nocturnos colmaban los campos, flotando como oscura seda por cada rincón. Las estrellas eran escasas, pero la luna estaba tan llena que parecía a punto de reventar.
  • Victoria Silvestricompartió una citahace 3 años
    Así, la gente dejó de tranquilizarla, convencida de que ya se calmaría ella sola y dejaría de llorar, sin prever que su llanto era de verdad incontenible e infinito, como un camino que se pierde en la inmensidad de los campos sin que se advierta su final.
  • Victoria Silvestricompartió una citahace 3 años
    Su viejo lamento se volvió alto y claro, recorrió el patio y rebasó los muros, hasta resonar impetuoso por toda la aldea y por la sierra de Balou. En un abrir y cerrar de ojos, el mundo se inundó de sus sollozos brillantes.
  • Victoria Silvestricompartió una citahace 3 años
    quel otoño en mitad del maizal, You Sipo contempló la emoción y el leve sonrojo en el rostro de su tercera hija, rodeada de partículas doradas que, alumbradas por los rayos del sol, flotaban entre los tallos del maíz.
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