Una obediencia larga en la misma dirección

Pero la Biblia no es principalmente una fuente de información; es una de las principales maneras que utiliza Dios para hablarnos

Nos enseñan a leer para que podamos recoger información. Nuestras escuelas nos capacitan para leer libros de modo que podamos pasar exámenes. Somos buenos para buscar los hechos

Hemos adquirido la mala costumbre de reducir lo que encontramos en la Biblia a ideas o lemas o principios o «versículos» fuera de contexto.

El estilo de lectura empleado con mayor frecuencia por los cristianos contemporáneos es rápido, reducido, con el fin de recoger información y sobre todo, práctico. Leemos por lo que podemos obtener de ello, lo que podemos poner en práctica, lo que pensamos que podemos usar—y ahora mismo. «Nosotros… nosotros… nosotros… nosotros…» de principio a fin

Yo no era capaz ni competente para formar a Cristo en los demás, ni de darle forma a una vida de discipulado en un hombre, mujer o niño. Esa es una obra sobrenatural, y yo no soy sobrenatural. Mi trabajo era una labor más modesta relacionada con las Escrituras y la oración: ayudar a que la gente escuchara lo que Dios les decía a través de las Escrituras y luego unirme a ellos para responder a Dios lo más personal y honestamente posible en oración.

cambiando nuestra conducta podemos cambiar nuestros sentimientos

Pero yo no siento deseos en este momento de hacerlo. Y no deseo ser un hipócrita. No puedo bendecir a Dios si no siento el deseo de bendecirlo. No sería honesto hacerlo.»
La respuesta bíblica a esto es: «Eleven sus manos hacia el santuario y bendigan al Señor.» Podemos levantar nuestras manos hacia el santuario sin que importe cuáles sean nuestros sentimientos; es un simple movimiento motriz. Quizás no podamos darle la orden a nuestro corazón, pero sí podemos darle la orden a nuestras manos. Elevemos nuestras manos en señal de bendición; quizás nuestro corazón comprenda y se eleve también en alabanza. Somos seres psicosomáticos: el cuerpo y el espíritu están relacionados de manera intricada. Hagamos los movimientos para bendecir a Dios y nuestro espíritu seguirá el ejemplo del cuerpo y lo hará también.

El camino del discipulado que comienza en un acto de arrepentimiento (teshubah) finaliza en una vida de alabanza (berakah).

La experiencia no es poco común. Nos esforzamos por lograr algo, lo conseguimos y luego nos damos cuenta de que no lo queremos

Cuando vemos a los demás como ungidos de Dios, nuestras relaciones se ven profundamente afectadas