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Lina Meruane

Avidez

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  • ILucompartió una citahace 13 días
    Nuestra madre nos dejaba aullando detrás de la puerta. Se nos perdía en la oscuridad hasta la mañana siguiente. Qué largas eran las noches sin ella, qué largo el encierro y el miedo; tanto más que los días en mi esquina esperando monedas, sufriendo los ojos. Las preguntas de los hombres.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Ya no éramos dobles sino dos: su alegría compensaba mi tristeza, su hambre mi inapetencia, su marcapaso, mi corazón avejentado. Su belleza mi fealdad
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Y yo no podía olvidar que alguna vez lo habíamos compartido todo: células humanas, neuronas, hemoglobina, la intimidad de una placenta. No olvidaba que nos habíamos alegrado de sobrevivir, en el parto, las dos, a nuestra madre.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Ella: ese olor sintético que no activaba nada en mi memoria ni en la suya.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Ya no éramos las mismas, no.

    Ella era entera titanio, acero, cables de cobre, tubos plásticos, silicona fluorescente.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Tranquilas, sugirieron o susurraron, y nos fundimos plácidas, las dos, en un sopor anestésico: nos dimos la mano y nos perdimos por un paisaje alucinado, lleno de hermanas pareadas, de muchachos marchando juntos y separados por relucientes campos de radiación.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Éramos dos, a veces tenía que recordármelo: dos, unidas por un pie plano, el hueso de una cadera, un antiguo accidente. Y aunque corría por nosotras una misma tibieza, yo, junto a ella, me quedaba fría, me sentía sola, muy sola y extenuada por el peso mortal de su narcolepsia y el estrépito nocturno de su nariz.
  • ILucompartió una citahace 14 días
    Dormía como si su única vida fuera la noche, y la mía, el limbo de una empecinada lucidez.
  • Michel Ornelascompartió una citahace 2 meses
    Mamá abría los estantes como si fueran ventanas nocturnas vacías de estrellas.
  • Michel Ornelascompartió una citahace 2 meses
    No, no queríamos perder nada, ni la lengua ni una mano ni menos un ojo, ya habíamos perdido kilos, muelas, niñez
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