Muchos son los títulos existentes que se refieren a la prosperidad, todos parecieran tener formulas precisas para “hacer prosperar” a las personas.
Metafísica, pensamiento positivo, esoterismo, poder de la palabra hablada, la administración del tiempo y del dinero, son algunos de los temas preferidos por la gente del común.
Pero esta forma de prosperar no funciona igual para los hijos de Dios, aunque puedan aplicar algunos de estos conceptos.
SER PRÓSPERO Decálogo de la prosperidad integral. Nos brinda una perspectiva diferente de la prosperidad; desde la espiritualidad del ser, y no solo, desde la materialidad del tener.
El ser humano es integral (espíritu, alma y cuerpo) y como tal en cada área se debe evidenciar el hecho de ser próspero.
La mejor guía para la prosperidad es la palabra de Dios y aunque en ella encontramos muchos ejemplos a seguir, creo conveniente que aprendamos del mas prospero de todos los tiempos, un hombre con mayor riqueza, ciencia, inteligencia y sabiduría que los escritores de hoy, y con un gran diferencial, temeroso de Dios; el Rey Salomón.
Sus experiencias nos enriquecerán, pero también nos llevarán a la reflexión. Si bien nos enseña lo que como hijos de Dios debemos hacer para prosperar, también nos muestra con su ejemplo los errores que no debemos cometer.
Cada capítulo de este libro es una guía que te llevará a la reflexión, implementación de estrategias, aplicación de conceptos financieros y espirituales para que por medio de relación armónica con Dios puedas disfrutar la plenitud de ser prosperado en todo.
Escribo este libro no desde mi riqueza material porque no tengo muchas, más bien tengo pocas necesidades, y he aprendido a vivir de esa manera. Escribo desde el amor y desde mi riqueza espiritual, la que viene de Dios.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2)
