Inocencia

Bajo el título “Inocencia” Juan Riquelme Lagos nos ofrece siete cuentos cortos a travez de los cuales se puede visualizar la naciente conciencia del sexo opuesto como tema escencial en el universo humano. El espacio de tiempo elegido por el autor parte desde la nignéz, pasa por la pubertad y llega hasta la juventud de un joven que vive sus primera escaramuzas eróticas: en otras palabras desde los iniciaticos juegos de doctor y enferma, juegos que remarcan una clara tendencia de un infante particularmente curioso por tratar de entender las leyes de la naturaleza humana.Poco despues el explorador discurre por la pubertad dominado por la mágica sensación que le trae el misterio de eso que los adultos llaman “amor”, hasta que poco más tarde se enfrenta al incontrarrestable poder del deseo sexual, estadio donde el “amor” le resulta un casi indeseado factor de estorbo.
En el prólogo Juan Riquelme Lagos se disculpa por la parcial unilateralidad de la óptica expuesta en los relatos, pues éstos están planteados desde la perspectiva masculina, la suya, logicamente. En todo caso la disculpa parece innecesaria, puesto que la lectura tendría que ser igualmente interesante y entretenida para el público femenino. En ese sentido se puede mencionar que de hecho la muchachitas y mujeres protagonistas de los episodios, practicamente en todos éstos son la parte más activa en el eterno juego de los sexos, sin dejar de mencionar la elegancia y naturalidad con la que el autor trata el tema. En ningún pasaje de los relatos el escritor resbala por terrenos donde se divise cursilería, falsa moralidad o voyerismo.
La propia inexperiencia del protagonista, unida ésta al deseo de reconocer nuevos ámbitos del ser adulto, ámbito al que intintivamente se acerca mediante los encuentros con sus compagneras de juego, se ofrecen como fuente de los cada vez más avanzados y avezados reconocimientos de los misterios de la topografía femenina y su sensibilidad.
Los relatos de Juan Riquelme Lagos por lo menos demuestran que los conceptos de inocencia y pecado en la relación que se dá entre los sexos, están mal usados o son simplemente falsos, puesto que la perdida de la “inocencia” pertenece al proceso de ser adulto y disfrutar con ello en el camino.

Norbert Ahrens, 23.04.2012