Frente a la rigidez, la resistencia, la autocrítica y la no evolución que implica la resignación, se trata de ganar en flexibilidad cognitiva, sentirnos listos para actuar, ser compasivos con nosotros mismos, ganar en habilidades de afrontamiento y aprender de las dificultades, reconocer lo vivido y valorarlo tal y como es. Normalmente esto acaba implicando cambios en nuestra forma de pensar, de funcionar y de sentir.