educadores reflexionen sobre la distinción entre una pedagogía politizante, que erróneamente se empeña en lograr que los estudiantes piensen como nosotros, y una pedagogía política, que, por medio del ejemplo y del diálogo, enseña a los estudiantes la importancia del poder, la responsabilidad social y el posicionamiento (sin quedarse al margen) con respecto a algún asunto en particular, considerando con rigor todo el abanico de ideas vinculadas a ese tema.