los pensamientos de los hombres valen más que sus acciones, y las buenas novelas más que el género humano
Victor Hugo Piña Williamscompartió una citahace 12 días
que mejor cortan españolas tijeras, la que tiene por riquísima tela nuestra lengua incomparable, y por costura y acomodamiento la prosa de los maestros del siglo de oro.
Victor Hugo Piña Williamscompartió una citahace 12 días
Hermosa es la verdad siempre; pero en el arte seduce y enamora más cuando entre sus distintas vestiduras poéticas escoge y usa con desenfado la de la gracia, que es sin duda la
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
Obdulia ostentaba una capota de terciopelo carmesí, debajo de la cual salían abundantes, como cascada de oro, rizos y más rizos de un rubio sucio, metálico, artificial.
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
ho, y que él no había corrido a saludarla y a confesarla, si a eso venía, como era de suponer.
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
El Arcipreste había abierto la boca al oír a De Pas que la Regenta estaba en la catedral, según le habían di
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
Cuando una señora de las principales, como era la Regenta, quería hacerse hija de confesión del Magistral, le avisaba en tiempo oportuno, le pedía hora.
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
l cabildo, que fingía oír por educación, nada más, al Arcipreste, se interesaba de veras con la crónica.
chismes en iglesia. hablan de Obdulia, la mujer atrevida del pueblo
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
La Regenta, muy principal señora, era esposa de don Víctor Quintanar, Regente en varias Audiencias, últimamente en la de Vetusta, donde se jubiló con el pretexto de evitar murmuraciones acerca de ciertas dudosas incompatibilidades; pero en realidad porque estaba cansado y podía vivir holgadamente saliendo del servicio activo. A su mujer se la siguió llamando la Regenta.
Cristina Liceagacompartió una citahace 3 años
Si hacía bueno, los del tertulín acostumbraban salir juntos a paseo por una carretera o ir al Espolón. Si llovía o amenazaba, prolongaban el palique hasta que el Palomo hacía un discreto ruido con las lla