En este nuevo diario, Estación de cercanías, Juan Malpartida asume la memoria y la fijación del momento en una atractiva alianza de la reflexión y la afectividad, de pensamiento y los sentidos. Aunque no deja de responder en ocasiones a la urgencia de lo cotidiano, se trata de un diario que da cuenta de varias obsesiones: las ideas e imágenes que nos hemos dado sobre el tiempo y la Historia; las aportaciones de la neurociencia a la comprensión de la naturaleza humana; la revolución que supone tener en cuenta la realidad evolutiva de la vida, en la que estamos insertos, aunque sea de manera problemática; las tensiones entre creencia y conocimiento; la complejidad del deseo y de la pasión amorosa; y, finalmente, pero en el centro de esta Estación, el fenómeno de la creación poética, que forma parte de una concepción del ser humano como eminentemente creador.
Sin ser un ensayo -aunque lo es en cierto sentido muy literario-, Juan Malpartida pretende crear un espacio, una estación de cercanías; en ella, bitácora de lecturas, confluyen pequeñas reflexiones, pensamientos, diálogos con escritores y meditaciones sobre libros, que a modo de salidas al mundo, se comportan como trenes de cercanías: en la distancia corta, por afectiva y por su proximidad, tienen un carácter abiertamente confesional, dotando a la reflexión de una dimensión corporal, transformando el diario en un retrato de una mente y un cuerpo.