Es la maldita hora de que la alumna supere a su maestro
Lo he amado
Lo he aborrecido
Lo he añorado
Nos conocimos, me enamoré. Me gustaría decirte que las chispas volaron, pero jamás he sido buena con las mentiras.
En ocasiones, el maldito de cupido viene y te arroja una de sus estúpidas flechas, pero el muy perezoso se olvida de dispararle la misma cosa endiablada a la otra persona involucrada en el embrollo; y como resultado, terminas dueña de un corazón roto y muchos sueños y expectativas vacías.
Dicen que el amor, todo lo soporta, todo lo vence… Bueno, creo que en alguna parte se olvidaron de especificar que no es del todo cierto.
A veces, el amor es solo mierda barata que te venden las grandes empresas para que compres su basura cursi.
Porque después de todo, él no es un hombre que renuncia fácilmente a lo que le llama la atención. Y yo, para suerte o desgracia, me había convertido en algo realmente interesante. Y, aunque su boca sea chocolate derretido y su cuerpo me haga delirar mientras sus codiciosas manos me hacen suya una y otra vez, Alexey Románov-Nicoláyevich no es es el hombre quien yo creí que era, y hoy, estoy lista para patearlo justo en los huevos.
Mi nombre es Nina Notovich y mis lágrimas no serán las únicas en caer; es una promesa.
Prepárate para experimentar en carne propia lo que una mujer cabreada es capaz de hacer.
