Cenicienta mató a mi padre. Cree que puede hacer cualquier cosa porque es la Reina Malvada. Y mi madrastra. Lo único a lo que ama de verdad es a su Espejo Demoniaco. Pero cuanto más mira esa cosa, más loca se vuelve. Pero ya no soy una niña. No permitiré que la Reina Malvada envenene mi corazón y mi casa. Aunque mi piel es blanca como la nieve, mi alma está lejos de ser pura. Haré sufrir a Cenicienta por sus pecados. Tan seguro como que mi nombre es Blancanieves.