bookmate game
Libros
Rosario Castellanos

Álbum de familia

  • Ana Gonzálezcompartió una citahace 6 años
    Yo, por lo menos, declaro solemnemente que no estoy, que no he estado nunca ni en este ajo que ustedes comparten ni en ningún otro. Jamás he entendido nada de nada. Pueden ustedes observar los síntomas: me planto, hecha una imbécil, dentro de una cocina impecable y neutra, con el delantal que usurpo para hacer un simulacro de eficiencia y del que seré despojada vergonzosa pero justicieramente.
  • Brenda Edith Chávez Aguilarcompartió una citahace 3 años
    Gracias por haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina que, según todos los propósitos y las posibilidades, ha de ser fecunda.
  • Ceciliuxcompartió una citahace 4 años
    Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo. He de mantener la casa impecable, la ropa lista, el ritmo de la alimentación infalible. Pero no se me paga ningún sueldo, no se me concede un día libre a la semana, no puedo cambiar de amo. Debo, por otra parte, contribuir al sostenimiento del hogar y he de desempeñar con eficacia un trabajo en el que el jefe exige y los compañeros conspiran y los subordinados odian
  • Mery Neriacompartió una citahace 5 años
    mis ratos de ocio me transformo en una dama de sociedad que ofrece comidas y cenas a los amigos de su marido, que asiste a reuniones, que se abona a la ópera, que controla su peso, que renueva su guardarropa, que cuida la lozanía de su cutis, que se conserva atractiva, que está al tanto de los chismes, que se desvela y que madruga, que corre el riesgo mensual de la maternidad, que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios y en la llegada de clientes imprevistos;
  • marilulesicompartió una citahace 6 años
    Edith detuvo en él sus negrísimos ojos líquidos —era un truco que usaba en ocasiones especiales— antes de contestar.
  • Rebecacompartió una citahace 7 horas
    No soy profetisa —murmuró ella fingiendo no haber advertido la caricia para permitir que se prolongara
  • Rebecacompartió una citahace 7 horas
    —Tienes que invitarme a tu estudio alguna vez.

    Edith se irguió, excitada.

    —¿Vas a explicarme lo que estoy haciendo?

    —Si quieres. Y si no, no. Aunque no lo creas también sé estarme callado.
  • Rebecacompartió una citahace 7 horas
    —¿Por qué tan meditabunda, Edith?

    Era Octavio. Edith detuvo en él sus negrísimos ojos líquidos —era un truco que usaba en ocasiones especiales— antes de contestar.
  • Rebecacompartió una citahace 7 horas
    —Al fin y al cabo lo importante no es ganar sino competir, como dijo el clásico.
  • Rebecacompartió una citahace 7 horas
    Pero llevando cursos con Heidegger. Eso no vale.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)