Madrid, 1877. La joven Celia Gross trabaja en la exclusiva confitería La Perla, encargada de elaborar los postres de la boda del rey Alfonso XII. A causa de la precaria situación económica de su familia, Celia se casa con un comerciante austríaco, un viejo amigo de los Gross. Juntos emprenden un viaje a la isla Reunión, donde la joven descubrirá la preciada vainilla Bourbony sus múltiples virtudes. Las circunstancias adversas obligan a Celia a regresar a Europa, donde hará realidad su sueño de formarse en las mejores pastelerías de Viena y descubrirá las misteriosas circunstancias de la muerte de su padre.