Es la historia de un director de orquesta que a causa de la enfermedad de Parkinson no puede continuar el trabajo al que dedicó toda su vida y regresa a su tierra para terminar de envejecer. La música fue el pilar fundamental de su existencia y ni su condición de clérigo ni su vinculación a la masonería pudieron posponer esta primera vocación.Desde este retiro en que se pierde y se recobra la verdadera dimensión de los otros días, el protagonista se abre a un espacio de extrema sensibilidad ante lo exterior y lo interior y rehace su relación con el recuerdo, con la belleza, con la luz, con la lluvia, con las pequeñas cosas.Modulado por el embrujo poético que envuelve el texto y la suave ironía que empapa cada parágrafo, los otros días es una serena reflexión sobre el arte, el gozo de vivir y la relación del hombre con las realidades trascendentes, que alcanza, desde su ritmo sincopado, la magnificencia de una cantata barroca y, desde el lirismo de sus evocaciones, la desnuda belleza de un nocturno romántico.
