Un viejo probervio chino dice que todos estamos unidos, desde el momento en
que nacemos, por un hilo rojo invisible. Este hilo va desde nuestra muñeca a
las muñecas de todos aquellos con los que estamos destinados a encontrarnos.
Este pretexto ha servido al autor para contar la historia de la adopción de su
hija. En definitiva, la historia de su propia paternidad. Una hermosa manera
de hablar de otros modelos de familia.