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Alejandro Zambra

  • Jordi Rcompartió una citael año pasado
    La memoria no es ningún refugio. Sólo queda un inconsistente balbuceo de nombres de calles que ya no existen.
  • Marcia Ramoscompartió una citael año pasado
    Quienes nos criamos en los terribles y eternos recitales lo aprendimos a porrazos: el poema debe romper el circuito de la soledad, aunque no haga más que hablar de esa soledad.
  • David Olivarescompartió una citael año pasado
    En realidad no existe la lectura silenciosa: la lectura, en sí misma, es portadora de una voz ya incluida en el silencio aparente; una voz que el silencio no consigue destruir.
  • Verónica Murguíacompartió una citahace 2 años
    Qué hacer, entonces, con la satisfacción gozosa y necesariamente bobalicona de ver a un hijo ponerse de pie o comenzar a hablar? ¿Y qué clase de espejo es un hijo
  • Jordi Rcompartió una citael año pasado
    Hace menos de una hora Julián decidió que el futuro debía comenzar. Éste es el día siguiente, pensó, y preparó café, y se lavó la cara, con especial pulcritud, refregándose una y otra vez, excesivamente, como si quisiera dañarse o borrarse.
  • Luis F. Guzmáncompartió una citahace 5 meses
    A veces Fernando es una mancha en la vida de Daniela, pero quién no es, de vez en cuando, una mancha en la vida de alguien.
  • Melanie Chris Oyanader Lealcompartió una citael año pasado
    Aquel tiempo de silencio fue un último lujo que Verónica pudo darse, un suplemento de privacidad, un espacio para construir, con dudosa calma, sus decisiones
  • julietagarsocompartió una citahace 2 años
    Había dejado de amarla un segundo antes de comenzar a amarla
  • julietagarsocompartió una citahace 2 años
    Es una historia de amor, nada demasiado particular: dos personas construyen, con voluntad e inocencia, un mundo paralelo que, naturalmente, muy pronto se viene abajo.
  • Marlenecompartió una citael año pasado
    el país estaba demasiado preocupado de mantener a flote la recién recuperada y tambaleante democracia como para pensar en cosas tan sofisticadas y primermundistas como una política integral de educación sexual. De repente liberados de la dictadura de la infancia, los quinceañeros chilenos vivían su propia transición a la adultez fumando hierba y escuchando a Silvio Rodríguez o a Los Tres o a Nirvana mientras descifraban o intentaban descifrar toda clase de miedos, frustraciones, traumas y perplejidades, casi siempre mediante el peligroso método del ensayo y error.
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