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Laura Ortiz Gómez

Laura Ortiz Gómez

Laura Ortiz Gómez (Bogotá, 1986) estudió Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Trabajó como promotora de lectura y escritura en diversos espacios a lo largo del territorio colombiano (Biblored, Fiesta de la lectura y Red Nacional de Bibliotecas Públicas). Realizó la Maestría de Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en Buenos Aires, Argentina. Obtuvo el estímulo Becas para colombianos en proceso de formación artística y cultural en el exterior, del Ministerio de Cultura de Colombia, y ganó la Beca Antonio Di Benedetto, que consistió en una Residencia de Escritura en la Finca los Álamos en San Rafael Mendoza. La beca fue otorgada en conjunto por la UNTREF y el Fondo Nacional de las Artes de Argentina. También es ilustradora. Sofoco es su primer libro de cuentos.
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vida del autor: 1986 actualidad

Libros

Citas

zentenovaleriacompartió una citael año pasado
Me pongo muy triste cuando pienso en todo lo bueno y bonito que era el mundo antes de que yo naciera
zentenovaleriacompartió una citahace 10 meses
Siente que es verdad que ya no la quiere, pero la quiere tanto. ¿Cómo se dice cuando puedes ver la belleza de lo que ya estás perdiendo?
zentenovaleriacompartió una citahace 10 meses
De niño no preguntó nunca por su papá. Asumió muy temprano en la infancia que el dolor de la madre no se toca, no se hurga. La herida que se manosea se infecta.

Opiniones

Xavo Camachocompartió su opiniónhace 14 días
🔮Profundo
🎯Justo en el blanco
🌴Perfecto para la playa
👍Me gustó

“Y es que el muerto de guerra es otra cosa, ¿sabe? Es cosa seria, cosa peluda, cosa callada.”

Sofoco es, según la RAE, una sensación de calor, muchas veces acompañada de sudor y enrojecimiento de la piel, como la que suelen sufrir las mujeres en la época de la menopausia, es, también, un grave disgusto que se da o se recibe, es ahogo, asfixia, sofocación, acaloramiento, calor, opresión, cansancio, sofoquina, rubor, sonrojo, calma, disgusto, turbación, desazón, bochorno, enfado, vergüenza y sofocón. Todo ello, condensado con gran oficio y contundencia por Laura Ortiz Gómez.

Lo más hermoso de leer buenos libros sin recomendación o sugerencia alguna es que se trata de un descubrimiento en toda regla, no soy especialmente fanático de los libros de relatos, lo mío son las novelas en forma, pero es innegable que Laura tiene una capacidad única para crear las atmósferas en cada relato, tiene un dominio de la técnica narrativa y con ello, precisa con suavidad y pulcritud descripciones muy detalladas de sus entornos, incluyendo la cordialidad y picardía de las expresiones coloquiales del español colombiano ¿No me crees? Date la oportunidad con “Aíta la muerte” o “Mingus el ardiente”

Sus personajes transmiten desasosiego y tristeza a través de retratar los complejos problemas de las grandes urbes como son la precariedad laboral, el machismo, la necesidad económica y la desigualdad social, de una forma anecdótica y contundente va desgranando una narración circunstancial en la que se lee entre líneas una gran capacidad de observación, escucha e investigación.

Una sensación de calor que hace que cada voz busque salir y encontrarse, sus cuentos anhelan y procuran ofrecer un recorrido del alma de los personajes e intentan reconstruir una voz que puede ser muchísimas voces, esas que quieren hablarnos de la sexualidad y de los miedos de la infancia, del amor homosexual y de la misoginia, de los débiles y los desfavorecidos, y de esa tensión constante entre los que dominan y los dominados; cada relato está compuesto por diversas capas de tiempo que hacen que las historias se amplifiquen en medio del sopor que las invade, mis favoritos: “Aíta la muerte”, “Esperar el alud”, “El corazón del señorito”, “La cajita de Avon”, “El último Pibe Valderrama” y “Parto de vaca”.

“A mí me crio el silencio.
Este viejo, sentado al borde del camastro, con los ojos vacíos, es el silencio.
(…)
A la hija del silencio la mataron por pobre, porque le ofrecieron un trabajo. Yo, que soy el odio vivo, tengo quinientos años.”

  • Laura Ortiz Gómez
    Sofoco
    • 406
    • 1.5K
    • 30
    • 22
    Libros
  • Xavo Camachocompartió su opiniónhace 14 días
    🔮Profundo
    🎯Justo en el blanco
    🌴Perfecto para la playa
    👍Me gustó

    “Y es que el muerto de guerra es otra cosa, ¿sabe? Es cosa seria, cosa peluda, cosa callada.”

    Sofoco es, según la RAE, una sensación de calor, muchas veces acompañada de sudor y enrojecimiento de la piel, como la que suelen sufrir las mujeres en la época de la menopausia, es, también, un grave disgusto que se da o se recibe, es ahogo, asfixia, sofocación, acaloramiento, calor, opresión, cansancio, sofoquina, rubor, sonrojo, calma, disgusto, turbación, desazón, bochorno, enfado, vergüenza y sofocón. Todo ello, condensado con gran oficio y contundencia por Laura Ortiz Gómez.

    Lo más hermoso de leer buenos libros sin recomendación o sugerencia alguna es que se trata de un descubrimiento en toda regla, no soy especialmente fanático de los libros de relatos, lo mío son las novelas en forma, pero es innegable que Laura tiene una capacidad única para crear las atmósferas en cada relato, tiene un dominio de la técnica narrativa y con ello, precisa con suavidad y pulcritud descripciones muy detalladas de sus entornos, incluyendo la cordialidad y picardía de las expresiones coloquiales del español colombiano ¿No me crees? Date la oportunidad con “Aíta la muerte” o “Mingus el ardiente”

    Sus personajes transmiten desasosiego y tristeza a través de retratar los complejos problemas de las grandes urbes como son la precariedad laboral, el machismo, la necesidad económica y la desigualdad social, de una forma anecdótica y contundente va desgranando una narración circunstancial en la que se lee entre líneas una gran capacidad de observación, escucha e investigación.

    Una sensación de calor que hace que cada voz busque salir y encontrarse, sus cuentos anhelan y procuran ofrecer un recorrido del alma de los personajes e intentan reconstruir una voz que puede ser muchísimas voces, esas que quieren hablarnos de la sexualidad y de los miedos de la infancia, del amor homosexual y de la misoginia, de los débiles y los desfavorecidos, y de esa tensión constante entre los que dominan y los dominados; cada relato está compuesto por diversas capas de tiempo que hacen que las historias se amplifiquen en medio del sopor que las invade, mis favoritos: “Aíta la muerte”, “Esperar el alud”, “El corazón del señorito”, “La cajita de Avon”, “El último Pibe Valderrama” y “Parto de vaca”.

    “A mí me crio el silencio.
    Este viejo, sentado al borde del camastro, con los ojos vacíos, es el silencio.
    (…)
    A la hija del silencio la mataron por pobre, porque le ofrecieron un trabajo. Yo, que soy el odio vivo, tengo quinientos años.”

    Isabella Roldán Ucompartió su opiniónhace 12 horas
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho
    👍Me gustó

    Una colección de cuentos que te llevan a un recorrido por Colombia, a través de quienes viven en la ruralidad o la periferia, mostrando los matices del territorio y las personas: el conflicto, la rabia, la familia, el deseo, entre otros. Sin victimismos, solo la cotidianidad pura.

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