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Natalia Ginzburg

Natalia Ginzburg es una de las voces más singulares de la literatura italiana del siglo XX. Nacida en Palermo, publicó en 1934 su primera narración, a la que siguieron obras teatrales, ensayos—Las pequeñas virtudes (1962, Acantilado, 2002), Mai devi domandarmi (1970), Serena cruz o la verdadera justicia (Acantilado, 2010)—, novelas—El camino que va a la ciudad (1942), È stato cosí (1947), Nuestros ayeres (1952), Valentino (1957), Las palabras de la noche (1961), Léxico familiar (1963), Querido Miguel (1973, Acantilado, 2003) y Vita imaginaria (1974)—así como la biografía de Antón Chéjov (Acantilado, 2006).
vida del autor: 1916 1991

Citas

Paulina Fuentescompartió una citahace 2 años
Escribí esta historia para sentirme un poco menos infeliz. Me equivoqué. No debemos buscar nunca un consuelo en la escritura. No debemos perseguir un objetivo. Si hay algo seguro es que es necesario escribir sin perseguir un objetivo.
Lili Joaquíncompartió una citael año pasado
desnudar las raíces del propio silencio
martecompartió una citahace 2 meses
Las fechas son importantes e indicativas, pues explican los cambios de estilo

Opiniones

Xavo Camachocompartió su opiniónhace 3 meses
🔮Profundo
💡He aprendido mucho
🎯Justo en el blanco
👍Me gustó

“Este es mi oficio y lo haré hasta mi muerte”

No sabía que tanto me iba a representar leer un artículo de Alfonso Basallo en “Nueva Revista” que se titula: “Las pequeñas virtudes”, el ideal educativo de Natalia Ginzburg, apenas lo leí, me decidí a buscar y leer el libro, y que maravilla de libro he venido a encontrar.

Fue escrito a comienzos de los años 60, de hecho, se publicó por primera vez en 1962, tuve a bien conseguir la edición de 2018 por Acantilado; es decir, lo leí 57 años despues. Ella confiesa en este libro que “La primera cosa seria que escribí fue un cuento.” Para despues hacer una confesión vital: “Cuando escribo algo, suelo pensar que es muy importante y que yo soy una gran escritora. Creo que a todos les ocurre igual. Pero hay un rinconcito de mi alma donde sé muy bien y siempre lo que soy, es decir, una escritora pequeña, muy pequeña. Juro que lo sé. Pero no me importa mucho.” ¿Te lo puedes creer? Yo sé que sí, pero es que no sabes que ella fue amiga de muy buenos escritores como Italo Calvino, Pasolini, Moravia, o Sciascia, es más, Basallo cuenta que ella (Ginzburg) “ha sido considerada como heredera de Chejov por su habilidad para el relato corto.”

Ese ideal educativo que menciona es completamente avasallante en el libro, porque cada uno de los textos es una clase de cierta pedagogía en el que se abordan temas como el ahorro, el deseo del éxito, la vulnerabilidad al crecer, lo importante de saber que o quiénes somos, la perspectiva que tenemos del mundo, el ansía de éxito, los castigos y la tan afamada afirmación de que “Los hijos no pertenecen a los padres”

“Debemos ser importantes para nuestros hijos, pero no demasiado”

Y mira que importante reflexión “Si nosotros mismos tenemos una vocación, si no hemos renegado de ella ni la hemos traicionado, entonces podemos dejarlos germinar tranquilamente fuera de nosotros, rodeados de la sombra y el espacio que requiere el brote de una vocación”

Xavo Camachocompartió su opiniónhace 3 meses
🔮Profundo
💡He aprendido mucho
🎯Justo en el blanco
👍Me gustó

“Este es mi oficio y lo haré hasta mi muerte”

No sabía que tanto me iba a representar leer un artículo de Alfonso Basallo en “Nueva Revista” que se titula: “Las pequeñas virtudes”, el ideal educativo de Natalia Ginzburg, apenas lo leí, me decidí a buscar y leer el libro, y que maravilla de libro he venido a encontrar.

Fue escrito a comienzos de los años 60, de hecho, se publicó por primera vez en 1962, tuve a bien conseguir la edición de 2018 por Acantilado; es decir, lo leí 57 años despues. Ella confiesa en este libro que “La primera cosa seria que escribí fue un cuento.” Para despues hacer una confesión vital: “Cuando escribo algo, suelo pensar que es muy importante y que yo soy una gran escritora. Creo que a todos les ocurre igual. Pero hay un rinconcito de mi alma donde sé muy bien y siempre lo que soy, es decir, una escritora pequeña, muy pequeña. Juro que lo sé. Pero no me importa mucho.” ¿Te lo puedes creer? Yo sé que sí, pero es que no sabes que ella fue amiga de muy buenos escritores como Italo Calvino, Pasolini, Moravia, o Sciascia, es más, Basallo cuenta que ella (Ginzburg) “ha sido considerada como heredera de Chejov por su habilidad para el relato corto.”

Ese ideal educativo que menciona es completamente avasallante en el libro, porque cada uno de los textos es una clase de cierta pedagogía en el que se abordan temas como el ahorro, el deseo del éxito, la vulnerabilidad al crecer, lo importante de saber que o quiénes somos, la perspectiva que tenemos del mundo, el ansía de éxito, los castigos y la tan afamada afirmación de que “Los hijos no pertenecen a los padres”

“Debemos ser importantes para nuestros hijos, pero no demasiado”

Y mira que importante reflexión “Si nosotros mismos tenemos una vocación, si no hemos renegado de ella ni la hemos traicionado, entonces podemos dejarlos germinar tranquilamente fuera de nosotros, rodeados de la sombra y el espacio que requiere el brote de una vocación”

  • Natalia Ginzburg
    Las pequeñas virtudes
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    Libros
  • Aidee Venturacompartió su opiniónhace 21 días
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho
    🎯Justo en el blanco
    👍Me gustó

    Un libro lleno de crítica social pero también de propuestas de mejora. Me tocó las emociones con sus perspectivas del amor, el pasar de la vida y el dinero.

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