Alfonso Ropero

Se predica con vistas a un resultado, tiende al fin práctico de arrancar una decisión, a saber, la salvación de alma y todo lo que tiene que ver con la edificación de una vida consagrada a Dios y su reino.

asentó la vieja verdad de que el propósito de esta no es tratar un tema, sino influenciar en los individuos. «

El buen predicador siempre debe tener en mente que su sermón tiene que ver con un tipo de comunicación que decide la salvación o perdición de una persona, su edificación o ruina.

dijo que el contenido y secreto de su ministerio residía en poner en alto a Cristo y creer que la predicación centrada en la cruz puede impactar para la eternidad.

predicar es trabajar con la palabra y la doctrina por la eterna salud de los hombres»

pero por encima de todo esto y mucho más importante es preguntarse en cada momento en qué consiste el Evangelio, el mensaje cristiano que es confrontado por las circunstancias y por cada nueva generación, a las que hay que iluminar con la claridad de una verdad que pertenece a este tiempo y a este mundo al mismo tiempo que los supera transcendiéndolos.

en aquello que les es propio y natural, y tomar muy en serio la exposición y comunicación del mensaje que les ha sido confiado

Los predicadores que acogen con confianza y responsabilidad la Palabra de Dios para darla a otros cumplen en la actualidad la misión que Jesús encomendó a sus discípulos en aquel día: «Dadles vosotros de comer»

Escrituras, que son el medio elegido por Dios para manifestar su amor y su voluntad en medio de la comunidad santa

porque la Palabra no fuerza la realidad de las cosas, sino que responde a la naturaleza más profunda de las mismas.