Y, cuando digas algo así, jamás retrocedas. Nunca se lo digas en otro sitio que no sea el que tú has decidido, llueva o truene. Aunque ella «tenga muy buenas razones» para que lo hagas y se empeñe en explicártelas, si quiere saber qué pasa al final del truco, que lo vea. Y si no, ya sabes: «nunca pasa nada».