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Goran Petrovic

  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Nosotros dibujábamos las trayectorias de la mudanza en silen­cio, sin usar más instrumentos1 que nuestras propias miradas.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Pero cuando la misteriosa transeúnte pasa a su lado, cada día alrededor de las once, el señor Polovski se levanta del banco y con la expresión satisfecha en su cara y el corazón lleno como el río primaveral nutrido de agua, se dirige hacia la salida del parque. Sí, piensa entonces, es tan, tan bonito esperar a alguien.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Así como hay que lavarse regularmente los dientes, también es bueno conocer con regu­laridad la relación momentánea entre la verdad y la mentira en cada uno de nosotros.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Así como vaga el alma, también los lunares (contrario a los conocimientos actuales) vagan por los cuerpos humanos, aparecen y desaparecen, semejantes a los signos que confirman o niegan las decisiones de lo interior.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Pero a pesar de que esas huellas de la existencia del señor Polovski eran ininteligibles, las trajo a la casa para limpiarlas por las noches, en el mayor secreto, de los múltiples significados y del olor embriagante de la hierba
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Tal vez a los suspicaces les parecerá exagerado, pero nosotros sabíamos que las estrellas se congregaban encima de nuestra casa sin techo por el canto de Tatiana.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    A la escena saldrá el nuevo arte: ¡el arte del voyeurismo! Las obras artísticas observarán al público. Imparables como los virus, penetrarán por todas las cavidades accesi­bles, por los poros y lugares poco defendidos. El público será lo que se expone sobre la palma de la mano. Las palabras de la literatura espiarán las almas dentro de la gente. La música soltará sus redes que van a enredar las emociones. Los cuadros engendrarán otros cuadros en las cabezas de los visitantes. Las obras artísticas amarán, castigarán, harán el amor, forzarán las almas o los cuerpos huma­nos a las profundidades o alturas, como si no pesaran más o menos que los plumones.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Ojalá no empiece a soplar el viento. Para que no disperse el azúcar de los labios. Para que no se lleve el olor a canela y a coñac del cabello. Para que no enfríe el calor del cuerpo.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    Temo que el sueño adelgace, que yo caiga de él a la realidad, que la sombra de la realidad se derrame por esa hendidura y pase al sueño, y que yo realmente ya no tenga adónde ir. No obstante, doy vueltas, porque quiero verla corriendo (como antes) desde lejos hacia mí.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 2 años
    La forma particularmente gaseosa, en realidad la falta de una forma, es la característica más importante del estado gaseoso. El ejemplo clásico de esta forma de existencia en la gente es el sueño. Las moléculas de la realidad, las partículas individuales de la estructura granulosa del hombre (véase Anatomía IV) están a tal distancia durante el sueño que entre ellas actúan las fuerzas de atracción más pequeñas. En el sueño, el cuerpo humano se extiende ilimitadamente, alcan­zando alturas nunca imaginadas y conquistando extensiones inmensurables.

    En la segunda forma fundamental —la líquida—, la densi­dad de la realidad se incrementa mucho más. El hombre se encuentra entre el sueño y la realidad. A la vez está limitado e ilimitado, capaz de ascender, pero a veces obligado a ser la impotente agua estancada. Los ejemplos conocidos de esta forma de la existencia son: sonambulismo, coma y el embarazo en las mujeres.

    Las moléculas completamente compactas de la realidad son la característica del estado sólido. El hombre tiene la misma forma que en la realidad. Perdió la levedad y la libertad de movimiento y ganó el peso y la fragilidad, por lo que en esta forma es cuando más a menudo se quiebra.

    Es un hecho lamentable que buena parte de la humanidad obstinadamente existe sólo en una forma (por lo regular, en la tercera) rechazando las dos primeras como poco serias o peligrosas. Pero, por fortuna, este error evolucionista lo corrige cierta cantidad de gente que, sin miedo, cambia el estado físico viviendo todas las ventajas del aire, el agua y la piedra.
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