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Rafael Fernández de Andraca

  • b8822246192compartió una citahace 2 años
    tu corazón está cerrado,

    puedes acercarte a la eucaristía sin recibir la amistad de Jesucristo;

    puedes leer el Evangelio sin entender las palabras de Jesu cristo;

    puedes revisar tu vida sin ver a Jesucristo que te invita.
  • gloriamanantial20compartió una citahace 7 meses
    Una vez más: el que vive la santidad de la vida diaria protege cualitativamente las prácticas de oración.
  • Alexandra Mendezcompartió una citahace 10 meses
    Qué método de meditación puede ayudarnos a superar esta situación? Muchas veces ni siquiera nos planteamos esta pregunta. Tan sumergidos estamos en el activismo, que nos parece ilusorio pensar en tener tiempo para meditar.
    La respuesta que Jesús dio a Marta no ha perdido en nada su actualidad. Recordamos el conocido pasaje del Evangelio:
    Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.” Le respondió el Señor: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte
  • Milagros Camargo de la Fuentecompartió una citael año pasado
    do.

    De ningún modo esta acentuación deja de lado al Dios de la eucaristía
  • rosariocorchadocanascompartió una citahace 7 meses
    Para introducirse en la meditación es necesario dejarse tiempo, pero también poseer, de algún modo, el sentido por la contemplación. No nos referimos aquí a la contemplación mística, sino a la capacidad natural de detenerse a observar la realidad; la capacidad de asombrarse y maravillarse ante las cosas.
  • Karenn Cardonacompartió una citahace 7 meses
    Tan sumergidos estamos en el activismo, que nos parece ilusorio pensar en tener tiempo para meditar
  • b8822246192compartió una citahace 2 años
    Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.” Le respondió el Señor: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada
  • b8822246192compartió una citahace 2 años
    La carencia de interioridad (el P. Kentenich habla de una cultura sin alma) no sólo afecta al hombre en su calidad de persona, sino
  • b8822246192compartió una citahace 2 años
    también repercute, y profundamente, en la vitalidad de su fe. Porque ésta se mantiene y se alimenta del contacto íntimo y personal con el Señor.
  • b8822246192compartió una citahace 2 años
    El P. Kentenich relaciona directamente la meditación de la vida con la fe práctica en la divina Providencia. Quoist no usa el término, pero, en el fondo, apunta a lo mismo: descubrir lo que Dios nos está diciendo a través de las cosas y de los acontecimientos y, a través de ello, entrar en una comunión íntima con él.
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