Seré yo la que no puede más, o será el entorno que me presiona para que lo deje. De un tiempo a esta parte el discurso imperante se ha vuelto purista y detox. No importa. Beber agua envasada, no refrescos, no alcoholes, sí zumos naturales e infusiones es lo que me tocaría por asunción de época. Está mal visto que una madre despeinada necesite beber tanto, menudo ejemplo para sus hijes. Pero tampoco sé por qué debería darles ejemplo, ejemplo de qué. Al menos una madre bebedora demuestra cierto carácter; débil para los vicios pero irreverente en otras andaduras