Una historia triste y bella. Me gusta como Martha narra desde la voz de la adolescencia, sin infantilizar ni minimizar. Las partes de Laika son de una poesía preciosa.
Qué preciosidad los libros para niños. Recuperar esa visión del mundo con su propia sabiduría y óptica es maravilloso. El miedo, el duelo,el abandono y otros tantos temas difíciles están tratados aquí con un amoroso cuidado. Recomendadisimo.