Vi caer como ángeles terminales a una generación entera de muchachos. Adolescentes con la piel gris a los que les faltaban dientes, que olían a amoniaco y a orina. Flanqueaban con sus escorzos la salida del metro de San Blas en la calle Amposta y las praderitas del parque El Paraíso como cristos de Mantegna. Cubiertos de agujas como san Sebastián. Sentados o tendidos de cualquier manera. Moviéndose apenas, lentos y sincopados como muñecos rotos. Con la sonrisa elevada de los crucificados. Indefensos pero ya flotando en lugares donde nada podía tocarlos. Los vi brotar y hacerse cada vez más lentos hasta alcanzar la quietud final y descomponerse en el fango que se acumulaba en nuestro barrio con nombre de santo pero dejado de la mano de Dios.
Mariana Nomáscompartió una citahace 3 meses
Las madres de mi barrio no abrazaban a sus hijos muertos como las vírgenes en las piedades renacentistas. Lo hacían volcadas sobre los cuerpos, a gritos, despeinadas, con los ojos hinchados y babeando.
Mariana Nomáscompartió una citahace 3 meses
Varias generaciones de criaturas de clase obrera crecimos así, imaginando mundos enteros en las mismas nadas que podían terminar siendo nuestros lechos de muerte.
Opiniones
Karla Fazcompartió su opiniónhace 2 meses
🔮Profundo
🎯Justo en el blanco
👍Me gustó
Un libro muy conmovedor que narra el viaje de una chica que nace en un cuerpo que no es el suyo.
Lucía Duquecompartió su opiniónhace 7 meses
🔮Profundo
💡He aprendido mucho
👍Me gustó
Un libro imperdible, bello como pocos y muy conmovedor.
Karla Jarquíncompartió su opiniónhace 3 meses
👍Me gustó
Hermoso.
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