Noemí Trujillo

Sabemos qué haremos la semana que viene, pero no dentro de tres meses. ¿Tendré trabajo?

quizá en un mes no tengas trabajo; recuerda que en un año acaba el alquiler de tu piso.

Un escenario donde plantearse tener hijos da pánico. Pero no tenerlos, cuando lo deseas tanto, también.

¿será demasiado tarde para mi cuerpo cuando mis circunstancias económicas, laborales y personales me permitan ser madre?

la constatación, una y otra vez, de que no hay una nueva vida gestándose en su interior.

la constatación, una y otra vez, de que no hay una nueva vida gestándose en su interior.

¿Habría buscado con más ahínco un compañero ideal, una forma distinta de organizar la maternidad más allá de la pareja? ¿Me habría quedado alegremente preñada de cualquier amante?

Ya no será / ya no / no viviremos juntos / no criaré a tu hijo / no coseré tu ropa / no te tendré / de noche / no te besaré al irme / nunca sabrás quién fui / por qué me amaron otros […] Ya no estás en un día futuro / no sabré dónde vives / con quién / ni si te acuerdas / no me abrazarás nunca / como esa noche / nunca / no volveré a tocarte / no te veré morir.

«¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo quise un hijo tuyo / y mío, allá en los días del éxtasis ardiente»

tenemos menos hijos de los que querríamos.