Para MacDonald, el rasgo distintivo o definidor de la cultura de masas es que se produce sólo para el consumo de un público de masas, como el chicle, según dice, para señalar su desprecio4. Prefiere llamar al fenómeno cultura de masas antes que cultura popular porque, según advierte, obras que considera como arte elevado, como la de Dickens, pueden ser populares, mientras que no son cultura de masas, es decir, no se producen sólo para el consumo de masas. MacDonald las cataloga más bien como arte elevado.