Wurtzel_ Elizabeth

La doctora Sterling me indica que ha sospechado desde el principio que el abanico de sentimientos y pautas de conducta que caracterizan la depresión atípica describía mi situación con exactitud, pero que nunca se ha tomado la molestia de comentármelo, porque no hay ninguna razón que aconseje englobar los síntomas de una depresión en una categoría concreta, a menos que el terapeuta esté pensando en recomendar un antidepresivo.

Aunque a medida que pasa el tiempo, descubro que, en psiquiatría, los acontecimientos suelen seguir este curso, y que el descubrimiento de un nuevo fármaco para tratar por ejemplo la esquizofrenia dará por resultado, entre otras cosas, que sean muchos más los pacientes diagnosticados de esquizofrenia.

Ella me asegura que algún día, cuando haya elaborado una filosofía de la vida, cuando haya descubierto qué cosas me gusta hacer, entonces seré feliz y estaré recuperada.