Pues claro que sí, es como mi padre, que nunca hacía nada, que nunca me visitaba, nunca me llamaba, nunca me traía regalos, nunca me invitaba a verle a su casa, a pesar de lo cual seguía jurándome, en las contadas ocasiones en que se dejaba ver, que me quería mucho. Rafe no hace más que decirme que me ama, pero yo sé que sólo son palabras.