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Angela Carter

  • Karimoncompartió una citael año pasado
    El tiempo también era su criado; me atraparía allí, en una noche que duraría hasta que él volviera, como un sol negro en una mañana sin esperanza
  • Karimoncompartió una citael año pasado
    A pesar del temor que me causaba, y que me dejaba más blanca que la prenda que me envolvía, sentí que en ese momento emanaba de él un hedor a desesperación completa, horrenda y repugnante, como si los lirios que lo rodeaban hubieran empezado a pudrirse o como si el cuero ruso de su aroma estuviera regresando a los elementos de la piel desollada y los excrementos que lo componían. La gravedad ctónica de su presencia ejercía una presión tremenda en la habitación, hasta el extremo de que la sangre resonaba en mis oídos como si nos hubiéramos precipitado hasta el fondo del mar, bajo las olas que rompían en la orilla
  • Olga González Ordóñezcompartió una citael año pasado
    Un hogar que no estaba ni en la tierra ni en el mar, un sitio misterioso y anfibio que infringía la materialidad de la tierra y de las olas con la melancolía de las ninfas que se sientan en una roca y esperan incesantemente a un amante que se ahogó muy lejos, hace mucho tiempo. ¡Qué triste y precioso lugar de sirenas!

    Descripción - topografía

  • Sandylu Urcelay Cedillocompartió una citael año pasado
    Él se habría definido como «un hombre de acción». Sometía su vida a una serie de choques cataclísmicos porque le encantaba oír el entrechocar de sus huesos. Así sabía que estaba vivo.
  • Sofia Valladarescompartió una citahace 3 meses
    Era una paloma
  • Sofia Valladarescompartió una citahace 3 meses
    era un lirio del campo
  • Sofia Valladarescompartió una citahace 3 meses
    cantaba que las luces del puerto me dicen que te vas y que florecen las rosas en Picardía pero nunca hubo una rosa como tú;
  • Sofia Valladarescompartió una citahace 3 meses
    Padre eterno, poderoso salvador
  • Sofia Valladarescompartió una citahace 3 meses
    mar azul, azul
  • Karimoncompartió una citael año pasado
    Y, en mitad de mi triunfo nupcial, sentí la punzada de la pérdida como si, en el instante en que él me puso el anillo de oro en el dedo y me convirtió en esposa, yo hubiera dejado de ser, en cierto sentido, hija
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