Paulina del Collado

¡Eso son 19 cumpleaños más! Estoy algo preocupada porque para cuando pueda comprarla voy a ser viejísima: tendré 29 años. Prácticamente seré un dinosaurio

Ahora ya sé que las curitas no eran mágicas y que lo hizo para que me dejara de doler. A él no le gusta que nada me duela y creo que eso me hace quererlo

Más bien pienso que lo importante es estar ahí siempre, para cuando esté bien, para cuando se sienta triste y, sobre todo, para cuando explote y nos necesite

a primera vez que vimoS a la criatura que vive dentro de Santiago los Pumas iban perdiendo dos a uno contra el Atlante.

En ese instante, como si las palabras de papá fueran una maldición que hubiera despertado al monstruo, Santiago se levantó de un salto y su silla cayó de golpe al suelo. Tenía la cara completamente roja y las venas de su cuello se habían inflado tanto que parecía que estallarían en cualquier momento. Nos vio a todos rápido como buscando algo y sin decir nada tomó la televisión con las dos manos, la jaló con todo y cable y la arrojó por la ventana.

. No sé qué manera de estar triste es menos mala, solo sé que ninguna me gusta.

Eso era importante: tenía que decirle a Berni cuanto antes que Santiago no era malo malo ni bueno bueno.

Y pues claro que yo sabía que iba a ser lunes, pero son de esas cosas que uno quiere que se le olviden como el calor, los Pumas o la cara de Santi antes de arrojar la tele.

Y pues claro que yo sabía que iba a ser lunes, pero son de esas cosas que uno quiere que se le olviden como el calor, los Pumas o la cara de Santi antes de arrojar la tele.

le guardo rencor a todas las operaciones. Por ejemplo, las sumas no son tan tristes porque siempre acaban teniendo más. Igual las multiplicaciones. En cambio las restas me hacen sentir angustiada: uno le quita metros a un terreno, manzanas a un vendedor del mercado o dinero a una mamá que va al súper. Y para colmo, las fracciones parten los números en pedacitos. Es terrible la masacre.