¿Ha deambulado por la dormida ciudad de Pompeya y examinado los ladrillos elaborados con arena incrustada, parecidos al moderno hormigón, que fabricaban los esclavos romanos?
¿Ha visitado usted el santuario existente en el interior de la colosal estatua de bronce de Buda, en Kamakura, Japón, y se ha maravillado de la destreza de los metalúrgicos japoneses de hace 700 años?