uevamente, el miedo tiene razones que la razón no entiende, aunque sí las acate. Credo quia absurdum. ¿El qué? La convicción mágica de que recordar equivale a revivir el hecho doloroso. Y, añadiéndole la creencia razonable, mas no infalible, de que el futuro suele parecerse al pasado, ¿cómo no ver en el recuerdo del sufrimiento pasado la profecía de su repetición? Si la memoria no es solo una evocación del pasado, sino también un recuerdo del porvenir, ¿lo mejor no será reprimirlo, con el objetivo, también ingenuo, de bloquear su repetición? Luego está el miedo de recordar el miedo. Porque es doloroso, y también porque nos hace sentir que fuimos indignos. Delete.