sobre el género eran incipientes. En la actualidad, esta corriente se nutre de los cuestionamientos de la crítica feminista de frontera a la pedagogía —Borderland pedagogy— (Elenes, 2002, 2006) y, en especial, de las reflexiones chicanas sobre la práctica educativa más allá del escenario escolar (Villenas, 2006; Elenes, 2001), también conocidas como Pedagogía Roja