Si al nombrar algo lo hacemos presente, también debe funcionar para hacerlo desaparecer. Creo que hoy podré hacerlo sin regresar mis pasos para deshacerlo. Mis Bien Intencionados tienen razón: si quiero dejar atrás el recuerdo del Ausente y recobrar el sueño de una vez por todas, debo empezar a decirle adiós a lo que me recuerda a él.