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Sandro Veronesi

  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Todos los días recibimos cientos de miradas y a nuestra vez miramos a cientos de personas. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de que nos miran ni los demás se dan cuenta de que los miramos. Por eso no ocurre nada y esas miradas no tienen consecuencias, aunque no hay ninguna razón para considerarlas menos significativas que las que acabo de citar. Es más: ¿estamos tan seguros de que las miradas que no cruzamos no producen nada? Hay gente que se enamora mirando todos los días por la ventana a cierta persona que pasa por la calle. Hay gente que se prenda del presentador o la presentadora que ve en la tele. No, no existen miradas más importantes y miradas menos importantes: en el momento en que las lanzamos, todas las miradas son entrometidas y solo la conjunción de los acontecimientos, es decir, el azar, determina las consecuencias que tendrán.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 2 años
    Hay seres que se pasan la vida afanándose por avanzar, conocer, conquistar, descubrir, mejorar, para al final darse cuenta de que no han hecho más que buscar la vibración que los arrojó al mundo: para estos, el punto de partida y el de llegada coinciden. Y hay otros que, aunque estén quietos, recorren un camino largo y azaroso porque es el mundo el que se desliza bajo sus pies y acaban muy lejos de donde partieron: Marco Carrera era de estos.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 2 años
    para entonces la libertad habrá sido transformada en un concepto hostil, chirriante e imperdonablemente plural: las libertades, las infinitas libertades en las que esa palabra será desmembrada, como la manada de hienas desmiembra a la cebra y la devora, libertad de escoger siempre lo que prefiramos, libertad de rechazar toda autoridad que quiera impedirlo, libertad de no someternos a las leyes que no nos gusten, de no respetar los valores fundamentales, la tradición, las instituciones
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    –Que le mienta a usted no me extraña en absoluto, doctor Carrera. Lo malo es que me haya mentido a mí también.

    –Bueno, le ha mentido en una cosa. Además, perdone que le diga, para ustedes, ¿no son las mentiras incluso más reveladoras que la verdad que se oculta?

    –Para ustedes ¿quiénes?

    –Para los psicoanalistas. ¿No les sirve todo, verdades, mentiras, etcétera, etcétera?

    –¿Y eso quién lo dice?

    –Pues no sé, ustedes... Los psicoanalistas, el psicoanálisis, ¿o no? Desde niño estoy rodeado de personas que se psicoanalizan y siempre dicen eso, que el encuadre, la transferencia, los sueños, las mentiras, todo es importante precisamente porque revela la verdad que el paciente esconde. ¿O no es así? ¿Qué problema hay, pues, en que Marina se haya inventado algo?
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Marco Carrera pasó su infancia sin darse cuenta de nada. No se dio cuenta de las desavenencias que había entre sus padres, de la hostil irritación de su madre, de los exasperantes silencios de su padre, de las discusiones nocturnas que tenían en voz baja para que sus hijos no los oyeran, pero que su hermana Irene, cuatro años mayor que él, escuchaba atentamente y, con exactitud masoquista, se grababa en la memoria; no se dio cuenta de las razones de aquellas desavenencias, de aquella irritación, de aquellas peleas, que para su hermana, en cambio, estaban clarísimas; es decir, no se dio cuenta de que sus padres, aunque ambos eran unos desarraigados
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    no estaban hechos el uno para el otro, no tenían casi nada en común; es más, seguramente no había dos personas más distintas en el mundo: ella era arquitecta, puro pensamiento y revolución; él era ingeniero, puro cálculo y habilidad manual; ella vivía entregada en cuerpo y alma a la arquitectura radical; él era el mejor fabricante de plástico de Italia central. No se dio cuenta de que, por eso, y pese al indolente bienestar en que él y sus hermanos se criaban, la unión de sus padres había fracasado y solo producía amargura, reproches, provocaciones, humillaciones, sentimiento de culpa, rencor, resignación
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    No se dio cuenta de que aquella infelicidad rezumaba por las paredes de la casa. No se dio cuenta de que en aquella casa no había sexo. No se dio cuenta de que la febril actividad que su madre desplegaba –arquitectura, diseño, fotografía, yoga, psicoanálisis– no era sino un intento de hallar un equilibrio. Ni siquiera se dio cuenta de que, entre aquellas ocupaciones de su madre, estaba la de engañar a su padre, engañarlo incluso torpemente, con amantes que escogía entre los intelectuales que aquellos años, y quizá por última vez en la historia, daban prestigio internacional a Florencia,
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    De su madre había tomado la inquietud, pero no el radicalismo; la curiosidad, pero no el afán de cambio. De su padre, la paciencia, pero no la prudencia; la capacidad de aguantar, pero no de callar. De ella, el talento de mirar, sobre todo a través del visor de una cámara fotográfica; de él, la habilidad manual.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Por eso, y no por nostalgia, cuando se dio cuenta de todo lo que no había funcionado en su familia, e incluso cuando su familia, técnicamente, dejó de existir, a Marco Carrera le costó siempre separarse de aquellos objetos: porque eran bonitos, porque seguían siendo bonitos, porque siempre serían bonitos, y porque aquella belleza era lo que había mantenido a sus padres unidos.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Solo que, desde el principio, todo fue un error, una ficción. Esto sucede a menudo cuando se forman las parejas y luego las familias, pero, en este caso, la ficción era demasiado evidente, demasiado patológica, y el desastre inevitable. Ninguno de los dos era inocente
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