De este modo, rasgos importantes de cómo es presentada aquí la vida ética ya salen a la luz. Un juez es alguien que decide. No es alguien que siempre decide bien, pero es alguien para quien las categorías de buena y mala elección sí han pasado a desempeñar un papel configurador de su vida. El esteta no tiene eso. No es que el esteta elija mal, sino que intenta vivir fuera del binomio bien—mal. El juez lo explica así:
Qué es, pues, lo que separo con mi ? ¿El bien y el mal? No, sólo quiero llevarte al punto en el que esa elección en verdad cobre sentido para ti. De eso se trata todo. Si se lleva al hombre a la bifurcación en la que no le queda sino elegir, elige lo correcto […] O bien uno va a vivir de manera estética, o bien de manera ética. Aquí, como hemos dicho, no se trata de una elección en el sentido más estricto de la expresión, pues el que vive de manera estética no elige