Palestra Editores

la primera historia comprensiva del estudio de las falacias —y por extensión, cabría decir, de la lógica informal en parte al menos—.

EQUIVOCIDAD

Aristóteles clasificaba las falacias en las que dependen del lenguaje y las que no

la duplicidad de significado se da en una construcción en la que intervienen varias palabras que por sí mismas no son ambiguas.

la falacia de composición como aquella en la que “se afirma que algo es verdadero de una totalidad porque es verdadero de una parte”.

Cuando se hace una inferencia de las propiedades de las partes de un todo, consideradas individualmente, a las propiedades de ese todo, considerado orgánica o colectivamente, se dice que se comete la falacia de composición. Porque lo que es verdad de cada una de las partes puede no serlo del todo.

La misma palabra puede tener distintos significados cuando se aplica a una totalidad y cuando se aplica a un elemento. Así el hecho de que todos los soldados de un regimiento sean “fuertes” no permite concluir que el regimiento que forman sea “fuerte”. La palabra “fuerte” no significa lo mismo en ambos casos.

los que distingue a unos casos de otros es el hecho de que cuando se incurre en una falacia, la palabra para la propiedad es ambigua

Hay que recordar, sin embargo, que a veces se necesita distinguir las colecciones físicas, como un montón de arena, de las colecciones funcionales, como un equipo fútbol, y éstas a su vez de las colecciones conceptuales, como la totalidad de las mariposas. Cada una de esas categorías se subdivide en varias subcategorías. Estas distinciones difieren de las ya hechas.

la falacia de división es la inversa de la falacia de composición, y que surge de la sustitución ilegítima de enunciados sobre un todo por enunciados sobre sus partes,

falacia de acento surge por confundir palabras que se deletrean igual pero que difieren por su acentuación.